Psicología sanitaria
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INFANCIA-ADOLESCENCIA-EDAD ADULTA-TERCERA EDAD
idiomas: gallego, castellano, inglés y lengua de signos española (con intérprete de LSE)
La psicología sanitaria es la disciplina encargada del cuidado de la salud mental, de buscar solución a diversos problemas emocionales, cognitivos, conductuales, relacionales e incluso físicos a lo largo de la infancia, adolescencia y edad adulta.
Atendemos a las necesidades de las personas con las que trabajamos y les ayudamos a alcanzar los objetivos de la forma más efectiva posible.
Si tienes alguna situación que te dificulta tu día a día, que no te ves capaz de resolver, o necesitas acompañamiento en cómo hacerlo, estaremos encantadas de recorrer ese camino contigo. Nosotras te damos las herramientas, ¡pero solo tú escalas la montaña!
Especialidades
Algunos ejemplos de las dificultades con las que te podemos ayudar son:
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Ansiedad
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Depresión
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Problemas de pareja
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Problemas familiares
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Situaciones traumáticas
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Problemas de conducta
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Problemas de conducta alimentaria
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Dificultades sexuales
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Violencia de género
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Crianza…
Además, te podemos acompañar en algunas etapas que suponen cambios que bien gestionados no llegan a ocasionar dificultades, como puede ser la jubilación, pérdidas, la búsqueda o la llegada de un bebé, la adolescencia, separaciones, etc.
Trabajamos desde diversas disciplinas
La perspectiva de la terapia Sistémica Familiar nos permite tener una visión global de cada persona y su entorno. Como seres humanos no vivimos aislados y todas las interacciones que tenemos conforman distintos sistemas, (familia, pareja, estudios, trabajo, amistades, etc.) cada uno con sus características propias, que se interrelacionan entre sí.
Imaginémonos que un sistema es una cadena y cada persona que forma parte de ese sistema es un eslabón. Cuando el sistema tiene una mala dinámica de funcionamiento se entra en un círculo vicioso difícil de deshacer. Pero para que el círculo vicioso pare es suficiente con que uno de los eslabones realice un movimiento diferente al habitual.
Desde esta perspectiva podemos trabajar individualmente, en terapia de pareja o familiar con todos o algunos de sus miembros, pero nunca vamos a perder de vista las interacciones humanas y el papel que estas tienen en nuestro día a día.
Nuestra premisa es buscar el cambio en la persona o en el sistema y este puede lograrse desde distintos puntos.
Nos centramos en la búsqueda de soluciones que ayuden a la persona y a su sistema a llegar al equilibrio lo antes posible.
La terapia cognitiva conductual (TCC) es un tipo de terapia psicológica que ayuda a la persona a ser consciente de sus pensamientos y comportamientos del día a día, para poder modificarlos por otros patrones más sanos y adaptativos. Mediante el trabajo de nuestras emociones, pensamientos y conductas se consigue una mayor autonomía y eficacia en la resolución de problemas.
Mediante la terapia cognitivo-conductual se identifican situaciones conflictivas del día a día, y se analizan los pensamientos, emociones y opiniones en relación a estos factores estresantes: ¿qué piensas sobre ese problema?. En este punto, el terapeuta puede pedirte que realices un “diario” de tus diálogos internos. Una vez detectados los pensamientos negativos o irracionales, aprendiendo a prestar atención a tus señales físicas, emocionales y conductuales, se procede a cambiar estos pensamientos a través de técnicas y herramientas concretas de la TCC, lo cual ayudará a gestionar tus emociones y por tanto, cambiar tus conductas.
A día de hoy, la TCC puede ser utilizada con personas de prácticamente todas las edades y aborda un gran número de problemas.
Preguntas frecuentes
Al contrario, la actitud más cuerda es responsabilizarse de sus problemas o dificultades y buscar el camino para evolucionar, de este modo se trata de encontrar el bienestar tanto en uno mismo como en las personas que le rodean.
Contar con una perspectiva ajena va a darnos una visión mucho más amplia de nuestros problemas, si en este caso se trata de la visión de un profesional, las posibilidades de encontrar respuestas se multiplican enormemente.
Además de esto es necesario la implicación activa del paciente en su proceso, en muchos casos justamente el problema es la pasividad con la que vive sus propios problemas.
Toda la información que existe en el espacio terapéutico es confidencial y es guardada solo con fines terapéuticos. Cuanta mayor apertura, más claridad tendrá el profesional de los verdaderos problemas que tiene cada persona y más podrá avanzar el proceso terapéutico.
El centro del proceso terapéutico es la persona que viene a consulta, por eso es ella quien decide qué es lo que quiere alcanzar, el terapeuta participa en esta decisión pero es la persona quien tiene que elegir.
Iniciar un proceso terapéutico implica un encuadre, lo que quiere decir comprometerse a cumplir unas condiciones sobre las cuales se desarrolla la relación terapéutica. Para que una terapia funcione es necesario mantener una frecuencia y una continuidad y en caso de no poder acudir a una consulta es necesario avisar con un mínimo de 24 h de antelación, puesto que el espacio de cada persona es destinado únicamente para ella.
Cuando pensamos en un psicólogo, se nos viene a la mente funciones que tiene un psicólogo sanitario. No obstante, cuando estudiamos Psicología nos encontramos con varias ramas de Psicología. Haz click en nuestra publicación para saber más:
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