Neuropsicología
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INFANCIA-ADOLESCENCIA-EDAD ADULTA-TERCERA EDAD
idiomas: gallego, castellano y lengua de signos española (con intérprete de LSE)
La neuropsicología es una disciplina derivada de la neurociencia que se nutre de la psicología y la neurología y que estudia la relación entre el cerebro y la conducta. El principal objetivo de este servicio es la evaluación neuropsicológica de forma individualizada, previniendo, optimizando, estimulando, rehabilitando o compensando las funciones cognitivas alteradas/preservadas (memoria, atención, lenguaje, habilidades visoespaciales y visoperceptivas, funciones ejecutivas, …) en personas con o sin patología.
Te atendemos de forma personalizada para intervenir sobre las alteraciones relacionadas con el sistema nervioso.
Tengas o no una patología, si te distraes con facilidad, si pierdes el hilo en las conversaciones o tareas que haces, olvidas situaciones o cosas que te ocurren o te ocurrieron, sientes que te desorientas o te pierdes en sitios conocidos, que te cuesta planificarte y organizarte para llevar a cabo un plan o tarea, si tienes dificultades para cambiar de una actividad a otra, … desde este servicio te podemos ayudar a disminuir dichas dificultades.
Especialidades
Algunos ejemplos de las dificultades con las que te podemos ayudar son:
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Ictus
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Tumores cerebrales
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Traumatismos craneoencefálicos
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Epilepsia
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Deterioro cognitivo leve
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Enfermedades neurodegenerativas: Alzheimer, Párkinson, Lewy, …
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Trastornos del neurodesarrollo: TDAH, TEA, …
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Síndromes y enfermedades genéticas
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Rehabilitación neuropsicológica
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Estimulación cognitiva
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Prevención del deterioro cognitivo asociado a la edad
Preguntas frecuentes
Una persona podría necesitar acudir al servicio si ha padecido un ictus, tumor cerebral, le han diagnosticado de algún tipo de demencia o trastorno neurodegenerativo o alguna de las patologías nombradas anteriormente, así como en caso de tener dificultades atencionales, de memoria, … o interesa realizar una intervención para prevenir el deterioro cognitivo que se asocia a la edad de forma temprana.
En una valoración neuropsicológica se evalúan las funciones cognitivas, emocionales y conductuales para obtener información a través de test y pruebas psicométricas e información subjetiva derivada del paciente y su entorno cercano.
Gracias a este tipo de valoración podemos conocer los puntos fuertes y los puntos débiles del paciente que nos permiten crear un programa de intervención neuropsicológica individualizado, es decir, atendiendo a sus necesidades concretas y preocupaciones.
Desde neuropsicología se puede intervenir a lo largo de todo el ciclo vital. Algunos ejemplos serían:
- En infancia y adolescencia: trastorno del neurodesarrollo como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad o el trastorno del espectro autista, trastornos neurológicos, …
- En la etapa adulta: epilepsia, daño cerebral adquirido (ictus, tumor cerebral, …)
- En la tercera edad: demencias como Alzhéimer, Párkinson, cuerpos de Lewy, … prevención del deterioro cognitivo asociado a la edad, daño cerebral adquirido (ictus, por ejemplo).
Sí, también puedes beneficiarte de este servicio si no tienes un diagnóstico, ya que este servicio no solo se centra en el tratamiento de trastornos. Algunos de los ejemplos en los que este servicio podría beneficiarte:
- Promoción de un envejecimiento activo a nivel cognitivo: prevenir el deterioro que está asociado a la edad.
- Realización de una evaluación cognitiva de cara a identificar fortalezas y áreas de mejora a nivel memoria, atención, habilidades visoespaciales, funciones ejecutivas, … para mejorar el rendimiento a nivel académico y/o laboral.
No. El envejecimiento no está relacionado con la demencia a pesar de que el riesgo de padecer este tipo de enfermedades neurodegenerativas aumente en la vejez.
Entonces, ¿cuál es la diferencia? La diferencia reside en que, en el envejecimiento se producen cambios a nivel físico y cognitivo que pueden incluir problemas de memoria, menor velocidad a la hora de procesar la información, menor capacidad de concentración, etc. Sin embargo, esta sintomatología no impide realizar las actividades de la vida diaria de forma independiente.
Por el contrario, en la demencia el deterioro de las funciones cognitivas como la memoria, capacidad atencional, … sí que interfieren de forma significativa en la vida de la persona.
En el servicio de neuropsicología en caso de ictus, el primer paso siempre es realizar una valoración del funcionamiento cognitivo, emocional y conductual de forma detallada para identificar qué impacto ha tenido el accidente cerebrovascular y poder diseñar, a raíz de los resultados, el programa de rehabilitación.
Con este programa podremos ayudarte a recuperar, mejorar o compensar las funciones cognitivas que se han visto comprometidas tras el ictus, por ejemplo, a través de ejercicios y estrategias para estimular la memoria, atención, planificación… Todo ello siempre teniendo en cuenta las funciones que no se han visto afectadas y las necesidades prioritarias en cada caso.
La rehabilitación o estimulación cognitiva funciona gracias a la neuroplasticidad del cerebro. La neuroplasticidad es la capacidad que tiene el cerebro para adaptarse creando y fortaleciendo sus conexiones compensando las áreas dañadas cuando realizamos ejercicios específicos para mejorar las funciones cognitivas.
La participación en programas de rehabilitación cognitiva también individual o grupal puede mejorar el estado de ánimo y la motivación. Todo ello contribuye al bienestar emocional y al logro de objetivos que, a su vez, promueven una mejor recuperación y calidad de vida.
Realizar diferentes ejercicios específicos permite ayudar a entrenar y mejorar estas funciones cognitivas a través de la repetición y la práctica haciendo que, siempre teniendo en cuenta cada caso individual, la afectación en las diferentes funciones pueda disminuir o incluso rehabilitarse en la medida de lo posible. Por ejemplo, podemos mejorar la capacidad para concentrarnos, mejorar nuestra capacidad para planificar y organizar las tareas, orientarnos…
En el caso de que no se pueda recuperar y volver al estado cognitivo previo, se enseñan estrategias compensatorias que ayudan a mejorar la vida diaria, incrementando la funcionalidad y la independencia. Por ejemplo, ante una alteración de la memoria, si la persona se olvida de que tiene que hacer recados, acudir a citas, reuniones familiares… se podría entrenar en estrategias de uso de calendario, agendas, alarmas… para facilitar el recuerdo de dichas actividades.
Como consecuencia, ante la mejoría del funcionamiento en memoria, atención, funciones ejecutivas, etc., la persona puede lograr mejorar su calidad de vida.
Es importante tener en cuenta que cada caso es único y que la mejoría depende de muchos factores, por lo tanto, los resultados no son los mismos en todos los casos y patologías.
Las intervenciones en neuropsicología incluyen tanto a la persona como a su entorno (familia, centro educativo, cuidadores…). Este enfoque integral es muy importante durante la intervención de cara a lograr generalizar los resultados y para proporcionar apoyo al entorno.
Se podría intervenir con el entorno a través de:
- Psicoeducación: educar a la familia y cuidadores sobre el trastorno, los síntomas asociados y la posible mejoría o recuperación.
- Entrenar al entorno en técnicas para ayudar al paciente en su vida diaria, para reforzar los que se trabaja en sesión y generalizar las estrategias que aprende en sesión la persona que acude a intervención.
- Cuidar al cuidador: terapia y grupos de ayuda de cara a evitar la sobrecarga del cuidador muy común, por ejemplo, en el caso de las demencias.